Sigo el blog de 233 grados -organo de comunicación de Dixired– desde el buzz que se generaron al concursar vía 99designs el logo para usar en el mismo, ofreciendo 400 dolares para aquel que fuera más votado, el pasado mes de junio. Lo que algunos reprochaban en su momento era lo mezquino de la cantidad, cuando en la nota de prensa de salida señalaban contar con 40 millones de euros como inversión inicial con la final de convertirse en el grupo más importante de comunicación en Internet (al menos en castellano, supongo).

Dejando de lado ese percance, y suponiendo que los redactores que emplean están muy bien remunerados (en algo tienen que ocupar el dinerito que tienen), en 233 grados encontramos actualización fresca y constante de mano de profesionales del periodismo digital, algunos de ellos metidos en la celebración de la actual Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Comentarlo viene a colasión por un reciente artículo en su blog titulado Twitter, “¿cómo se escribe eso?”, en donde el autor del mismo comenta la reacción de muchos de los periodistas congregados en la misma respecto a la utilización de este sistema de microblogging.

Sin dejar de recomendar la lectura del artículo, extraigo de él éste su último párrafo: “Las reacciones no se hicieron esperar. Casi todas fueron de sorpresa y curiosidad y motivaron una pequeña reunión posterior en torno al ultraportátil de 233grados conectado por wifi a nuestra cuenta en Twitter (cubrimos los actos así porque la Sala de Prensa de la Asamblea, si bien cuenta con una veintena de ordenadores conectados a la Red, no tiene televisión para seguir los debates). Hubo varias preguntas. Un periodista mexicano se acercó a consultar “en qué idioma es eso que haces”, un colega centroamericano quiso saber “para qué sirve concretamente ese programa” y “cómo haces para que alguien te lea” y una profesional estadounidense preguntó, bolígrafo y papel en mano, “Twit…¿cómo se escribe eso?”.

Para muchos podría resultar un WTF tremendo, pero para otros -entre los que me incluyo-no es más que evidencia de que en realidad el asunto del microblogging aún está en pañales, no importa que Obama tenga 91,972 followers o Eduardo Arcos 3,385. Otra cosa sería tildar a los profesionales del periodismo de analfabetas digitales, pero no creo sea el caso (o al menos no el momento). Respecto al involucramiento de los periodistas al microblogging, el argentino Darío Gallo en su Bloc de periodista nos platica sobre ReportingOn, que tiene como finalidad ser un twitter para periodistas (en inglés) donde ya se han dado de alta 228 de ellos y sugiere una versión traducida para el gremio hispano, en donde se twitteen consejos, links y sugerencias entre los que se dedican a este oficio.

Anunciado a fines de mes que ya cuenta con 3 millones de usuarios, no cabe duda que a Twitter le queda un amplio camino por recorrer.